Durante dos décadas, la pediatra Lanre Falusi, de Washington D.C., ha asesorado a los padres sobre el calendario de vacunas que deben recibir sus hijos, la seguridad de la vacunación y sus efectos secundarios.
Pero dijo que este año las charlas han cambiado.
“Por primera vez, los padres de recién nacidos me preguntan si en el futuro sus bebés podrán seguir recibiendo las vacunas”, contó Falusi.
A lo largo del país, pediatras dicen que padres ansiosos están preocupados por si continuará habiendo acceso a las vacunas infantiles de rutina. Los más intranquilos son aquellos con hijos en Medicaid, el programa del gobierno que ofrece seguro médico para familias de bajos ingresos y personas con discapacidades.
Medicaid cubre a 4 de cada 10 niños en el país.
“El problema realmente surgió cuando RFK Jr. asumió el cargo de secretario de Salud y Servicios Humanos (HHS)”, afirmó Deborah Greenhouse, pediatra de Carolina del Sur.
La preocupación aumentó tras la reestructuración, en el mes de junio, de un órgano asesor clave sobre vacunas de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC). Millones de familias temen que en un futuro cercano tengan que pagar de su bolsillo las vacunas que actualmente están cubiertas por su seguro médico.
El secretario de Salud y Servicios Humanos, Robert F. Kennedy Jr., conocido activista antivacunas, destituyó a los 17 miembros del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), el grupo responsable de recomendar las vacunas que deberían ser incluidas en los calendarios nacionales de inmunización para niños y adultos.
Kennedy sustituyó a los miembros del panel por otros nuevos, afines a sus puntos de vista, lo que generó alarma entre profesionales médicos y los expertos en salud pública.
“La gente debería preocuparse por lo que va a pasar con la disponibilidad de vacunas para los niños”, afirmó Jennifer Tolbert, directora adjunta del Programa sobre Medicaid y Personas sin Seguro Médico de KFF.
En virtud de la Ley de Cuidado de Salud a Bajo Precio (ACA), las aseguradoras médicas actualmente están obligadas a cubrir todas las vacunas recomendadas por el ACIP. Además, los estados y otras jurisdicciones utilizan el calendario de vacunación infantil para establecer los requisitos de inmunización de los escolares.
Las recomendaciones del ACIP también determinan qué vacunas están cubiertas por el programa Vaccines for Children (VFC), una iniciativa financiada por los CDC que proporciona dosis gratuitas a niños de familias de bajos ingresos y sin seguro médico.
La mitad de los niños del país son elegibles para este programa.
Si los nuevos miembros del ACIP retiraran su apoyo a una vacuna concreta y el director de los CDC estuviera de acuerdo, las consecuencias serían inmediatas, aseguró Tolbert. “Eso afectaría automáticamente qué vacunas están cubiertas y, por lo tanto, cuáles se encuentran disponibles para los niños beneficiarios de Medicaid”, explicó.
Las aseguradoras aún no han dicho cómo modificarían la cobertura, pero Tolbert afirmó que una medida de ese tipo abriría la puerta a que los planes de salud privados se negaran a cubrir la vacuna.
Los pediatras temen que en el futuro los padres se vean obligados a elegir entre pagar cientos de dólares de su bolsillo por las vacunas o dejar a sus hijos desprotegidos.
Por su parte el AHIP, la asociación nacional que agrupa a la industria de seguros médicos, dijo que los planes “siguen cumpliendo los requisitos federales relacionados con la cobertura de las vacunas recomendadas por el ACIP y seguirán apoyando el amplio acceso a servicios preventivos críticos, incluidas las vacunas”.
Los pediatras también dicen que las noticias sobre la nueva ley presupuestaria del presidente Donald Trump, que se espera que reduzca el gasto en Medicaid en aproximadamente $1.000 millones durante la próxima década, también han generado mucha inquietud entre los padres.
En realidad, aunque pueden estar preocupados por perder su Medicaid, Tolbert advirtió que la ley no menciona las vacunas ni cambia los requisitos de elegibilidad o las prestaciones de Medicaid para los niños. Sin embargo, menos financiación federal significa que los estados tendrán que tomar decisiones sobre a quiénes seguirán cubriendo y qué servicios se les ofrecerá.
Para tener los fondos necesarios para pagar Medicaid, los estados podrían aumentar los impuestos y destinar a este programa fondos destinados a otras áreas, como la educación o el sistema penitenciario. Pero lo más probable es que opten por reducir el gasto en Medicaid.
“También podrían hacerlo recortando la elegibilidad de poblaciones opcionales, recortando servicios que son opcionales o reduciendo los pagos a los proveedores”, argumentó Tolbert. “No está claro cómo se desarrollará esto, y es probable que sea diferente en cada uno de los estados”.
En junio, Kennedy anunció en una publicación en X que los CDC ya no recomiendan la vacuna contra covid-19 para niños sanos y embarazadas. La medida provocó una demanda judicial por parte de la Academia Americana de Pediatría y otras asociaciones de médicos que buscan frenar la directiva de Kennedy.
También ese mes, los nuevos miembros del ACIP nombrados por Kennedy votaron a favor de recomendar que los adultos y los niños ya no reciban vacunas contra la gripe con timerosal, un conservante que rara vez se utiliza en vacunas contra la gripe.
Los activistas antivacunas, entre ellos Kennedy, llevan décadas manifestándose contra el timerosal, alegando que está relacionado con el autismo, a pesar de que no existe evidencia científica que respalde esa relación.
“No hay motivo de preocupación”, afirmó en un comunicado Emily Hilliard, vocera del Departamento de Salud y Servicios Humanos. “Como ha declarado el secretario Kennedy, no se negará a nadie el acceso a una vacuna autorizada si decide recibirla”.
“Cuando el comité del ACIP se reunió en junio, reafirmó que las vacunas contra la gripe seguirán siendo accesibles y estarán dentro de la cobertura. Por otra parte, hizo hincapié en la seguridad garantizando que estas vacunas no contienen mercurio”, escribió Hilliard.
“El programa Vaccines for Children sigue proporcionando vacunas contra covid-19 sin costo alguno para los niños que cumplen los requisitos cuando los padres, el proveedor y el paciente consideren que la vacunación es adecuada. Medicaid seguirá reembolsando los gastos de administración”.
Sin embargo, la posibilidad de que una vacuna sea restringida o deje de estar cubierta ya está cambiando la forma en que los padres abordan la inmunización. En el consultorio de Falusi, están programando citas para que la vacunación coincida exactamente con los requisitos de elegibilidad de sus hijos, a veces incluso en la misma semana de su cumpleaños.
En Albuquerque, Nuevo México, la pediatra Melissa Mason, ha atendido algunos pacientes que contrajeron sarampión durante el brote en varios estados que comenzó en Texas.
Teme que nuevas limitaciones a la vacunación derive en más enfermedad y muertes.
Desde enero, se han registrado a nivel nacional más de 1.300 casos de sarampión, según los CDC. “Estamos viendo este brote porque las tasas de vacunación son demasiado bajas y eso permite que el sarampión se propague en la comunidad”, dijo Mason.
Los niños y adolescentes representan el 66% de los casos de sarampión, indican los CDC. En respuesta, Mason ha comenzado a ofrecer la vacuna contra el sarampión a bebés de tan solo 6 meses, medio año antes de lo habitual, aunque dentro de las directrices federales.
El año pasado, las tasas generales de vacunación en los jardines de infantes descendieron en el país, y el número de niños con exención de vacunación escolar siguió aumentando.
Mason teme que, si se restringe el acceso a las vacunas, las comunidades vean el regreso de otras enfermedades prevenibles que se han mantenido bajo control durante mucho tiempo, especialmente en estados como Nuevo México, donde el 61% de los niños están bajo Medicaid.
La tos ferina, otra enfermedad que puede ser mortal para los niños más pequeños, también se está propagando. Según informaron los CDC, hasta el 5 de julio se habían identificado más de 15.100 casos. Mason explicó que la tos ferina es especialmente peligrosa para los bebés demasiado pequeños para recibir la vacuna.
Por ahora, los pediatras están tratando de subrayar la urgencia sin provocar pánico en la población.
En Columbia, Carolina del Sur, Greenhouse solía ofrecer a las familias un rango de edad flexible para las vacunas de rutina.
“Ya no digo eso”, expresó la pediatra.
Ahora, la médica recomienda a los padres a vacunar a sus hijos tan pronto como puedan hacerlo.
Muchos de ellos le han preguntado si la vacuna contra el VPH, que ayuda a prevenir el cáncer de cuello uterino, se puede administrar a niños menores de la edad recomendada, que es de 9 años.
“De hecho, hoy mismo dos padres me han preguntado si sus hijos de 7 u 8 años podían recibir la vacuna contra el VPH”, contó Greenhouse. “Tuve que responderles que no está permitido”.
Dado que la vacuna requiere varias dosis aplicadas con meses de diferencia, Greenhouse teme que se acabe el tiempo para que las familias puedan cubrir la serie con el seguro de salud. Algunas familias pueden decidir no comprar la segunda dosis si tienen que pagarla de su bolsillo. Si ya no está cubierta por el seguro, esa segunda dosis podría costar alrededor de $300.
“No puedo estar 100% segura de cómo será el futuro de algunas de estas vacunas”, reflexionó Greenhouse. “Lo que sí puedo decir es que es una situación muy aterradora”.
Se espera que el comité asesor sobre vacunas que nombró recientemente el secretario Kennedy realice su próxima reunión pública en agosto.
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